Me llevaba del brazo, en la madrugada después de la pachanga. Habíamos pasado una terrible semana y nos lanzamos como si eso nos salvara de la pena. De vuelta al bar, acerque mi mano e introduje mi brazo al suyo, aceptando me llevo como una joven lleva a una anciana. Después de un rato, sin mucho pensarlo retire mi brazo de su calor, sin embargo ella como en un gesto lógico volvió a acercarlo a su cuerpo.

Caminamos en silencio

Llegamos a casa de nuestro amigos y ellos nos dieron una habitación. Lucía y Olivia ustedes duerman acá - nos dijo Yasza, señalando una cama - tú nicolás puedes dormir en el suelo.

Mi mente estaba en blanco, me sentía embriagada, no podía pensar e imaginar nada. Nicolás seguía dormido. Un "ya, vamos a acostarnos", me sacó de mi letargo. Nos introdujimos en la habitación, la cama enorme dos plazas solo para nosotras. Mire a Nicolás quien seguía placidamente domido en el suelo, saqué una frazada y me dispuse a taparlo, le dije "tení frío", no hubo respuesta. Lucia palpo mi mano y siguió con un "no lo despiertes". lo tape y no se movio, realmente dormía profundamente.

Acostémonos, me dijo. Y recosté mi cuerpo al lado de ella. Eché a volar mi imaginación, mi cara enfrentaba su espalda, de pronto se pego a mi, no quedando distancia, ningun centímetro entre nosotras, contuve el aliente, controlé cualquier movimiento que delatara mi presencia de pronto volteó... se alejó de mi, hasta el otro extremo de la cama.

Vero