Ella. Como él siempre la soñó y nunca imaginó que ocurriría. El mundo frenó y cambio de rotación en ese preciso momento. Contrario a como enrolla un chicle en el dedo un diestro... se le acercó, lo besó y le dijo te quiero, silencio, congelamiento, todo en nada. Un alivió inquietante en lo profundo de su ser y pese a lo que allí había ocurrido, pese a el descanso incipiente, a pesar de lo deseado que se sentía y el éxtasis que experimentaba. le respondió que nunca la quiso de verdad.
Vero